lunes, 16 de mayo de 2011

Pilar Sordo. Las mujeres, que piensan cuando piensan?

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Pilar Sordo


El exitoso libro de la psicóloga Pilar Sordo: No quiero crecer
La nueva sexualidad a los 15 años.

A esta edad los adolescentes sufren un remezón que afecta su desarrollo emocional y su conducta sexual. En su libro "No quiero crecer", la psicóloga Pilar Sordo describe esta etapa como un "terremoto" que pone a prueba los valores y la demarcación de límites. Aquí, las tres escalas del terremoto.

Primera escala: La barrera del pudor

Hace unos años comenzó a ponerse de moda en varios colegios de Santiago y regiones el llamado "juego de las pulseritas" según la psicóloga Pilar Sordo. Aparentemente inocente y divertida, esta práctica ganó especial popularidad entre las niñas y niños de los últimos años de enseñanza básica y algunos de los primeros años de educación media. Su dinámica gira en torno a unas pulseritas de colores que las niñas se hacen con hilos de bordar y que se ponen en la muñeca con la misión de entregarlas a todos los compañeros con quienes se besarán durante una reunión o en alguna fiesta de colegio. Su reglamento es simple: La niña que logra desprenderse de más pulseras -que besa a más compañeros- gana el juego. Se convierte en la más popular porque los hilitos con su color distintivo ahora los lucen como trofeos, otros adolescentes, de los que la mayoría de las veces, apenas conocen el nombre.

Según Pilar Sordo, estas pulseritas -ya convertidas en un panorama del carrete pre-quinceañero- evidencian la forma explosiva en que los adolescentes han comenzado a traspasar, a edades cada vez más tempranas, la barrera del pudor.

Esta dinámica demuestra el poco valor que le entregan al acto de besarse, que bajo estos códigos se transforma en una práctica divertida, sin trasfondo. Más que un acto importante en su desarrollo sexual y emocional, se convierte en una búsqueda de sensaciones o de adrenalina.

El pudor:

La psicóloga en su libro "No quiero crecer" habla de que el pudor es clave para el desarrollo de la sexualidad de los adolescentes. El pudor comienza a vivirse junto con la aparición de los caracteres sexuales secundarios. Esta etapa -que actualmente se inicia al final de los 11 años y al comienzo de los 12- provoca que se sientan y se vean distintos. La primera reacción es que niños y niñas comiencen a resguardarse, a taparse y, en la gran mayoría de los casos, a avergonzarse. El problema surge en la medida en que los adolescentes cambian, a la velocidad del rayo, la vergüenza por la desinhibición. Y eso, asegura Pilar Sordo, se evidencia primero en las mujeres y más tardíamente en los hombres.
"Todo esto se hace evidente a los 13 años, cuando muchas niñas empiezan a tener un cuerpo de mujeres en una estructura mental que sigue siendo infantil. Entonces comienza el tema de jugar con estas características, probar con cuánto muestran y cuánto no muestran, y su actitud frente al pudor se trastoca. Sienten que mantener el pudor es una cosa medio ridícula, pero que en cambio es una osadía mostrar. Esta actitud está ligada con la sobreerotización de la sociedad, donde la mujer es más mujer en la medida en que tiene más busto".

En el caso de los hombres, este juego tiene un aspecto más conductual que corporal. Dice que la osadía masculina está en el empezar a conquistar, en vencer el pudor a nivel de personalidad. "Más que mostrar su cuerpo, ellos se preocupan más de conquistar, de mostrarse lo más machos posible y empiezan a trabajar su cuerpo para sentirse atractivos desde ese ámbito".

Mientras estas niñas-mujeres se muestran más, los niños cambian sus conductas para conquistarlas. Hay difusión en los límites; no está claro qué se hace a los 13 años, cuánto se seduce, cómo se conquista. “A esa edad su misión debe estar más enfocada con establecer códigos de lealtad en las amistades, más que códigos de uno a uno en términos de relación de pareja", explica la psicóloga.

El auto cuidado:

Para Pilar Sordo, como a esta edad los niños actúan muy instintivamente y no tienen un código emocional muy grande ni menos valórico, el concepto de autocuidado es clave. Puede marcar la diferencia en esta escala de desarrollo emotivo y sexual. El autocuidado es la salida, el fin de esta escala.

Es la única manera de prevenir, pero requiere de tres cosas clave:
1-     La evaluación del riesgo
2-     Es el establecimiento de un código valórico que te permita protegerte
3-     La incorporación de factores emocionales dentro de este repertorio erótico nuevo.

Lograr que los niños manejen este concepto sólo depende de los padres, quienes deben haberlo trabajado desde el inicio de su crianza. Enseñazas como que nadie lo puede tocar, que tienen que respetarse a sí mismos, controlar sus instintos. Y eso, que en este momento se deposita en lo sexual, debió centrarse a los cinco años con las pataletas, o a los tres años para controlarle el sueño o los esfínteres.

Segunda Escala: Los peligros de la invulnerabilidad

Actualmente los adolescentes tienen un exceso de información sobre el sexo y la sexualidad finalmente termina por servirles de nada. Dice que en sus conversaciones con estos niños ha comprendido que "todos los conocimientos que ellos manejan en relación a cómo cuidarse en términos de mecanismos de anticoncepción, no los usan porque asumen que nunca van a vivir una situación tan extrema, y si la vivieran, tampoco van a correr ningún riesgo porque no les va a pasar nada".

Precisamente esta errónea convicción de seguridad -"de que no les va a pasar nada"- es una característica central de esta etapa de la adolescencia. Se conoce como principio de invulnerabilidad y está directamente relacionado con sus estructuras mentales y neurológicas propias de su edad, porque hay ciertas partes del cerebro que se bloquean en la evaluación de los riesgos. Lo natural es que esto vaya desapareciendo a medida que crecen. Pero en la actualidad este principio de invulnerabilidad crece y se extiende por un periodo más extenso de lo normal. Eso aumenta el riesgo. Se extiende la idea de que las cosas les pueden pasar a otros, pero no a ellos.

El Miedo:

El miedo actúa como un factor protector, que les va a decir que no se pueden meter en situaciones riesgosas porque van a salir dañados. Pero el problema surge porque en la actualidad el miedo no se enfrenta con esa mirada. Ya no está visto como un factor protector, sino como algo que hay que traspasar, que hay que avasallar. Ahora el miedo se vive en la medida en que se vence. Hoy, mayoritariamente los niños de 14 años valoran más al que dice que sí ante una conducta riesgosa que el que dice valientemente no para protegerse.

Bajo esta perspectiva de riesgo mal enfocado, el tema sexual adquiere una perspectiva diferente. La explicación de Pilar Sordo es que durante la adolescencia son tantas las variables que hay que manejar en la vida cotidiana, son tantos los miedos con los que los niños tienen que enfrentarse -subirse a una micro por primera vez, poder andar de noche, experimentar situaciones sociales donde ven a otros consumir drogas, etc.-, que los adolescentes no están preparados para incorporar además un tema con tanta energía propia como el sexual. "Así, al adelantar su iniciación sexual, entre las niñas se desvirtúa el concepto de virginidad y muchas veces inician prácticas para las que no están preparadas como el sexo oral".

Concepto de espera:

Creo que le hemos ido perdiendo el valor al concepto de espera, a pesar de que hay un grupo grande de jóvenes, de mujeres y hombres, que lo siguen valorando como algo importante, pero que no se atreven a decirlo, porque son castigados socialmente, al tratarse de un tema antiguo, un tema que aparentemente no tiene sentido. Y en eso los padres tenemos la responsabilidad de hacerles soñar con ese concepto, tanto a hombres como a mujeres", explica en su libro. Se debe reflexionar socialmente, el concepto de la espera, la espera en la madurez, la espera en el compromiso para poder entregar esta parte mía, porque evidentemente esa persona, me guste o no, formará parte de la memoria emocional.

Para la especialista, la mejor manera para que los padres combatan la errónea percepción del principio de invulnerabilidad es que controlen los límites y resguarden el espacio protector de los hijos. Que expliquen claramente cuáles son los factores de riesgo a los que no están dispuestos que se sometan o vivan. Y eso pasa por su autonomía. "A los quince años los niños no deberían ser tan autónomos”

Tercera escala: El costo de la impaciencia

Para Pilar Sordo, la impaciencia adolescente es otra característica que define y determina el acercamiento de las nuevas generaciones a la sexualidad. Dice que estamos frente a pre-quinceañeros que quieren experimentar sensaciones con rapidez y con la excusa de que eso los hace sentir más vivos, más grandes. "Tiene que ver con la conexión, con la adrenalina, con el que desaparezcan las angustias, las responsabilidades. Pero este deseo de vivir al máximo inevitablemente se entrecruza con la imprudencia, con la pérdida de control, con la ignorancia de lo que se está experimentando".

Esta impaciencia inevitablemente está asociada con la sensación de invulnerabilidad. Es el paso siguiente de ese estado. En la medida en que los adolescentes pierden el miedo, que se sienten seguros ante el riesgo, que malinterpretan su autonomía, la ansiedad por experimentar crece y genera que se cometan conductas basadas en la impaciencia.

Esta generación, a la que apellido "banda ancha", está determinada por un sentimiento de rapidez para todo; para ellos todo tiene que ser instantáneo, todo tiene que ocurrir en el momento, sin procesos largos"

Entonces, si a esta impaciencia también se suman las anteriores etapas -la pérdida de la barrera del pudor, la falta de autocuidado- no es de extrañar que un gran porcentaje de adolescentes actualmente tenga su primera relación sexual tempranamente, sin mayor conciencia de lo que están haciendo. Se inician en una sexualidad que, en la gran mayoría de los casos, no está asociada al afecto, sino sólo a la práctica.

"El resultado es que los adolescentes empiezan a sentir interiormente grandes cuotas de angustia, sobre todo las mujeres, porque ellas están por naturaleza más intrínsecamente hechas para asociar o mezclar lo emocional, y se les obliga a disociarlo, porque o están bebidas o porque así hay que hacerlo. El tema es que ni siquiera dejan espacio para una conquista larga. O se adelanta ella a decirle que le gusta, o se adelanta él, o se besan antes de conversar. El tema es ir saltándose etapas lo más rápido posible, para avanzar. ¿Hacia dónde? Ni siquiera ellos lo tienen claro, pero el punto es que están avanzando", dice la psicóloga.

Para poner freno a esta impaciencia, los mecanismos de control de los padres son clave. "Si los papás no atrincan, no ajustan y no aprietan, de aquí en adelante costará un triunfo. Fundamentalmente hay que tratar de poner límites de horario, conocer a los amigos de los hijos, algo más que sólo el nombre, tener acceso a las redes tecnológicas que maneja -fotolog, facebook, twitter, etc.-, saber cómo las viven y cómo las experimentan".

La especialista aclara que es muy importante que los padres comprendan que esto sucede en un trasfondo de deberes y derechos.

"Hoy los niños tienen más conciencia de lo segundo. En la medida en que los padres instauran esta conciencia, enseñan códigos valóricos a sus hijos y guiarlos para que se dejen de regir por lo instintivo, la estructura para resistir este remezón estará mejor preparada".


"La virginidad no se pierde, se regala"

¿A qué edad debutan los chicos hoy? ¿Cómo hablar con ellos sobre la sexualidad? Respuestas de una especialista. Lic. Pilar Sordo
La sexualidad adolescente no se enseña sólo en esa etapa, se enseña toda la vida. Depende de cómo los padres vivan el tema y cómo se evalúan en las familias los estereotipos sexuales.
Hablar de sexo no es hablar sólo de sexualidad. También incluye factores afectivos, valóricos y espirituales que la hacen una parte importante de nuestro desarrollo emocional.
Antes de los 19 años, en hombres y mujeres, el cuerpo no está preparado para tener una sexualidad bien entendida y comprometida con las posibles consecuencias, como tener un hijo o adquirir enfermedades venéreas.
Debe haber un compromiso donde yo sé quien soy y quien es el otro. La virginidad no se pierde, yo puedo perder un llavero y no me doy cuenta y capaz lo encuentre. La virginidad se regala, se dona a alguien que quiera, porque va a formar parte importante de mi vida emocional o de mi historia.

Cómo "encarar" a los chicos
El tema hay que hablarlo con total naturalidad y confianza. Es importante la relación afectiva que exista entre ambas partes, porque si yo no conozco los amigos de mi hijo o hija, no sé qué exámenes tiene esta semana en el colegio, difícilmente podré hablar de temas tan profundos como son la sexualidad y los efectos que produce el vivirla sin compromiso y sin afectividad conciente.

¿A qué edad tienen su primera vez?
Se aprecia un apuro por vivenciar el sexo lo antes posible, tal vez, para compensar déficits emocionales y sensaciones fuertes de soledad. Por eso, desde los 14 años ya se pueda apreciar un inicio sexual inadecuado. En el caso de las mujeres, más de un 60% lo sigue haciendo por miedo a ser abandonada por el supuesto amor del momento.
También tiene que ver con la sobreerotización a la que estamos expuestos. Hasta para vender un camión se necesita una mujer en lolas. Y los padres desde muy pequeños, y en forma inadecuada, les preguntan a los niños si tienen novio o novia.
La sexualidad debe darse en un concepto de madurez afectiva y social que tiene que estar respaldada por una relación sana con los adultos cercanos y donde se entienda que para ser libre primero se hace lo que se debe y después lo que se quiere.   

Pilar Sordo

Lecciones de Seducción, Pilar Sordo


Pilar Sordo sostiene que el concepto ‘seducción’ que flota en el ambiente, está muy vinculado a la belleza corporal y al dinero y es por lo tanto, restrictivo porque deja a casi el 90% de la población fuera del tema. Pilar Sordo se convenció entonces de que la seducción se había reducido a lo burdo, y se había alejado de lo misterioso. Y de ahí a escribir “Lecciones de seducción” de editorial Norma.

La obra comprende 12 lecciones de seducción concretas para poner en práctica durante cada mes del año. Y cada capítulo tiene tareas específicas que nos llevan a reflexionar o accionar en un sentido.

Es para la gente que está sola que no tiene pareja y que tampoco lo anda buscando, para aquellas que andan buscando pareja, que son los primeros que compran el libro, y para aquellas mujeres y hombres (el libro es para ambos) que tienen pareja hace muchos años, y que por eso perdieron la capacidad de conquista o de seducción". 


Para Pilar Sordo el tema es vital porque no deja de ser paradójico que una persona se siente segura para seducir cuando está bronceada por el sol del verano, en vez de hacerlo, los 365 días del mes usando el encanto o el humor.

Para la psicóloga el punto de inicio de todo es no sentir que el seducir tiene que ver con otros, sino que con uno y por eso vincula estrechamente el término seducción con el de autocuidado, autoseducción y autocariño; y en la medida que me auto quiero, y que me auto cuido, voy a estar más preparada para querer a otro y cuidar a otro. Ese es un trabajo permanente a lo largo de la vida. En la medida que trabaje ese cuidado interno voy a ser feliz y voy a hacer feliz al otro". 

-          "A mi me hace mucho ruido el concepto mediático de la seducción que tiene que ver con cuerpos perfectos, ya que entonces alguien que está con sobrepeso, o que es feo, que no está agraciado desde la belleza, o sea el 99,.9 de la humanidad no forma parte del porcentaje de seducción que se muestra en los medios. No calzamos, ni por altura, ni por belleza ni por delgadez y entonces nos vemos fuera de ese mundo, con todos los cambios que en la autoestima genera en eso". 

- "La mayoría de las búsquedas de belleza femenina son por la es competencia entre mujeres. Los hombres aseguran que nos ponemos lindas para ellos pero no es así". 
- "El gran enfoque conceptual se produjo en el mundo de las mujeres.  Cuando se decía que las mujeres intentaban estar anoréxicas para la aprobación de los hombres, eso era falso. La competencia es entre mujeres. Yo quiero colocarme lo que ella tiene  y quiero que me quede mejor que ella, piensan. De hecho las mujeres se arreglan más para salir con amigas que para salir con su marido". 

- "Se desprende del estudio que realizamos para el libro, que a los hombres les era mucho más evidente que la mujer no seducía desde las lolas, el culo o estar flaca, sino que para los hombres era mucho más claro que la sonrisa es el elemento clave. Nada seduce más a los hombres que una mujer contenta

- "La seducción tiene que ver más con el misterio que con lo evidente, con el sentido del humor más que con otra cosa, más con la sonrisa que por unas buenas lolas y un buen culo,  y  al final pasa por un tema de ser lo más natural posible, para poder encontrarme con uno mismo primero, para encontrarme después con el otro". 

En la aergentina particularmente siento que tienen un tema con la belleza y con la delgadez impresionante. Como si el concepto de seducción solamente pasara por las siliconas.

- "La seducción tiene que tener que ver más con el alma con que con el cuerpo , y más por cómo yo me muevo y me desempeño, y no con el tema sexual".

- "Uno de los ejercicios del libro nos invita a que nos veamos al espejo desnudos,  porque en general siempre el acercamiento al espejo es desde la crítica, de lo que me falta, de lo que me encantaría tener y no tengo, y no desde un afán reconciliatorio y más acariciador. Por lo tanto el proyecto de evaluarse sin juicio es clave para poder producir el que yo desde lo que soy saco lo mejor que tengo, para encontrarme conmigo y con el otro". 

- "Cuando uno se fuerza a ser seductor se vuelve una caricatura de si mismo. Y eso lo notamos en el estudio fundamentalmente entre las mujeres. Es el error más grave ese de intentar ser seductoras por las lolas, la cintura o el culo, es caricaturizar algo que es ancestral y que tiene que ver con una naturaleza de lo que soy. Yo soy desde la verdad, no desde la mentira, y voy a lucir mucho más si soy verdadera y natural". 


- "Yo creo que uno seduce siempre, y creo que además la seducción es algo que traspasa el tema de la conquista de pareja. Una madre debe ser seductora con sus hijos, un jefe debe ser seductor con sus empleados. La seducción debe traspasar el tema de pareja. Sino volvemos a ubicar la seducción como un tema sexual". 


- "Los seres humanos debemos aprender a comportarnos como con una pareja interna. Cuando aprendo a hablar conmigo, a pelearme conmigo, a regañarme, a hacerme cariño, a premiarme cuando lo hago bien, a castigarme cuando lo hago mal, a entretenerme cuando estoy aburrida, estoy mucho más preparada para relacionarme con otro. El tema de la pareja interna con la que tengo que aprender a relacionarme es clave en el proceso del autocuidado". 


- "Cuando tengo complicaciones con mi soledad, cuando no me basto a mi misma yo establezco con otros códigos demasiado ambiciosos, porque le pido al otro que me cubra espacios que yo misma no soy capaz de resolver. Eso es negativo".


- "Todo el mundo es naturalmente seductor, el tema es que tiene que descubrir a través de qué, y eso es lo que el libro hace. El trabajo al que el libro invita es a descubrir desde dónde es que estás produciendo ese concepto de autocuidado.  Unos podrán ver que es desde el sentido del humor, otros desde la inteligencia…"

- "Lo que comprueba la investigación es que las personas que han estado solas y que descubren este tema del autocuidado y de la auto seducción tienen más posibilidades de encontrar rápidamente una pareja". 
 
- "Creo que la vida simplemente hay que disfrutarla. Ser seductor no pasa por un mandato, voy a seducir en la medida que sea yo, y cuando menos sea yo, menos seduzco, porque voy a ser una caricartura de mi mismo.


La autoaceptación
La especialista señala que las mujeres somos muy acomplejadas, siempre queremos cosas que no tenemos. “Las crespas quieren el pelo liso, a las del pelo liso les encantaría tener el pelo ondulado, a las morenas les gustaría ser rubias, y a las rubias les hubiera fascinado ser morenas…”. En este capítulo se invita a autoconocerse, descubrir qué nos gusta y qué no. Qué cosas podemos cambiar y qué no. Para así lograr aceptar nuestra forma de ser. Sordo habla de reírse de uno mismo.

Siempre lindas y cuidadas
Pilar Sordo habla de que muchas veces nos descuidamos de detalles muy importantes, como por ejemplo la ropa interior. Ella señala que cuando “ya no ven mi ropa interior”, pasa a ser una prenda más y no existe una mayor preocupación por esta. Lo mismo sucede cuando se está menstruando, se utiliza algo más cómodo, pero no por eso debe ser lo peor de nuestro clóset. Al mismo tiempo el tema de la depilación es importante, ya que nunca es grato mirarse y no estar depiladas.

La seducción no siempre tiene objetivos en otro
En esto se refiere a que el mismo auto cuidado, ayuda a sentirse seductoras de por sí. Sin necesidad de querer seducir a alguien en especial, sino que el sentirse lindas, sexys, interesantes es seductor para uno mismo, y se transmite al resto.

Atreverse a jugar
En todo sentido, desde el color de la ropa interior. Crear actividades con la pareja. La idea es innovar y crear desde ahí un punto seductor en uno y en el otro, como el salir a bailar.

Si exiges o cumples, no seduces
Si se es una mujer sumisa, que acepta todo del otro, que jamás reprocha o tiene voz propia, no se seduce. Si en cambio, es segura de sí misma, pero exige el control y mando de lo que ella busca, sin escuchar al otro sin opción de ver el otro lado, tampoco seduce.


Y aquí hay un tema que las mujeres deben tomar en cuenta. La carga social las ha hecho asimilar en forma consciente o inconsciente que la mujer que seduce es una mujer mala y la otra, la conservadora, una mujer buena. No en vano es común escuchar y ver que los jóvenes piensan en la mujer con la que se casarán y será la madre de sus hijos como la buena y las para entretenerse, como la mala.

“El concepto de las dos mujeres en los hombres lo instala una mujer, su madre”, agrega. Pilar Sordo asegura que las mujeres tienden a sacar a una u otra según el momento y lo importante es integrarlas permanentemente. “Hay que ir a buscar a la que se dejó botada y eso puede ser facilitado por el hombre que se tiene al lado”, aclara.


Las mujeres no tienen claro cuáles son los costos que pagan por tener disociada a estas dos mujeres, porque a la larga, en algún momento de su vida va a tener que ir a buscar a la que dejó botada”.

En el libro asegura que hoy, un grupo de mujeres, sienten más libertad para vivir a estas dos mujeres, pero son marginales, porque, al contrario, la gran mayoría de las mujeres llevan muchos años en pareja y el hombre se inseguriza frente a la aparición de la mala, comienza a temer que sus actuaciones seductoras puedan derivar en una infidelidad. 

Otro tema que se vuelve relevante, apunta en el texto, es que las mujeres no seducen –considerando temas tan básicos como el conjunto de lencería- porque perciben que los hombres leen siempre ello como una señal para ‘tener sexo’.

Esto pesa mucho. Hay un montón de mujeres que no van a jugar al autocuidado por miedo a cómo serán evaluadas. Para no mandarle un mensaje al hombre que lea ‘quiero sexo’, prefieren no ponerse el calzón bonito... Hay que sacarle el peso sexual a la ropa interior”, sentencia.